Los paparazzi que se acerquen a Amy Winehouse podrán ser procesados
La cantante pop británica Amy Winehouse ha conseguido una orden judicial contra los paparazzi que la acosan y no la dejan vivir tranquila. La orden del juez prohíbe a los reporteros gráficos de la principal agencia británica, Big Pictures, y también a otros profesionales, fotografiar a la cantante fuera de su casa y en otros lugares públicos.
Ello significa que los fotógrafos pueden ser procesados si persiguen a Winehouse o se acercan a menos de cien metros de su nueva casa, en las afueras de Londres. Asimismo se prohíbe a los fotógrafos que capten imágenes de la cantante en su casa o en la de cualquier miembro de su familia o sus amigos.
La orden judicial refleja una tendencia creciente de los famosos a actuar judicialmente contra los paparazzi que los persiguen en lugar de contra los periódicos que compran sus fotografías. Una fuente próxima a quienes se ocupan de los negocios de la cantante declaró al diario The Guardian que ella solicitó la orden del juez porque la atención excesiva de la prensa estaba poniendo su vida en peligro.
"Cada vez que se subía al coche, la zarandeaban o la perseguían, y es algo que se había vuelto peligroso no sólo para ella, sino también para las personas de su entorno", explicó. Últimamente los paparazzi no dejaban en paz a la artista, tan famosa por los éxitos musicales, que le han reportado ganancias de más de 11 millones de euros, como por su supuesta adicción a las drogas.
Winehouse fue detenida el año pasado por un supuesto delito relacionado con el consumo de drogas y ha sido internada varias veces por lesionarse a sí misma o para someterse a tratamientos de rehabilitación. Su matrimonio con Blake Fielder-Civil, recientemente puesto en libertad tras pasar varios meses en la cárcel por agresión al propietario de un bar y obstrucción de la justicia, puede terminar en divorcio, según el periódico.
20minutos
La cantante pop británica Amy Winehouse ha conseguido una orden judicial contra los paparazzi que la acosan y no la dejan vivir tranquila. La orden del juez prohíbe a los reporteros gráficos de la principal agencia británica, Big Pictures, y también a otros profesionales, fotografiar a la cantante fuera de su casa y en otros lugares públicos.
Ello significa que los fotógrafos pueden ser procesados si persiguen a Winehouse o se acercan a menos de cien metros de su nueva casa, en las afueras de Londres. Asimismo se prohíbe a los fotógrafos que capten imágenes de la cantante en su casa o en la de cualquier miembro de su familia o sus amigos.
La orden judicial refleja una tendencia creciente de los famosos a actuar judicialmente contra los paparazzi que los persiguen en lugar de contra los periódicos que compran sus fotografías. Una fuente próxima a quienes se ocupan de los negocios de la cantante declaró al diario The Guardian que ella solicitó la orden del juez porque la atención excesiva de la prensa estaba poniendo su vida en peligro.
"Cada vez que se subía al coche, la zarandeaban o la perseguían, y es algo que se había vuelto peligroso no sólo para ella, sino también para las personas de su entorno", explicó. Últimamente los paparazzi no dejaban en paz a la artista, tan famosa por los éxitos musicales, que le han reportado ganancias de más de 11 millones de euros, como por su supuesta adicción a las drogas.
Winehouse fue detenida el año pasado por un supuesto delito relacionado con el consumo de drogas y ha sido internada varias veces por lesionarse a sí misma o para someterse a tratamientos de rehabilitación. Su matrimonio con Blake Fielder-Civil, recientemente puesto en libertad tras pasar varios meses en la cárcel por agresión al propietario de un bar y obstrucción de la justicia, puede terminar en divorcio, según el periódico.
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