Son muchas la teorías que hay... Pues sin duda esta es verdadera.
En el principio, no había nada. Sólo estaba Rukia.
Rukia no se sentía sola. Ella no necesitaba a nadie porque era lo suficientemente autosuficiente como para tener noción de que era una diosa, y no necesitaba a ningún otro ente energético ni ser sobrenatural para llevar la eternidad con buen humor. Pero Rukia era (y lo sigue siendo) una diosa muy poderosa, y siempre estaba rebosando energía... Procuraba canalizarla toda en un punto y guardársela para si misma, pero no tardó en acumularse de tal manera que sólo había una solución antes de su destrucción. Soltar dicha energía por medio de un hadou... El nº1. El primer hadou de la historia del universo. De ese hadou surgió un universo infinito. Plagado de galaxias, cometas, planetas, estrellas... Pero nos centramos en la historia de nuestro planeta, el planeta elegido. Pues bien, Rukia le pilló cariño a 12 planetas, uno de ellos, el nuestro. Creó vida y la completó con su energía. En aquellos momentos todo era maravilloso... Pero creó primates. Quería que una nueva raza inteligente poblase este planeta (en cada uno creó una raza diferente, a ver cual era mejor) y los dotó del 2% de su inteligencia. Rukia vio como fueron evolucionando y como algunos se hacían más listos y otros más tontos. Ella no intervino en nada y para nada. No le importó en absoluto que creasen ídolos falsos, porque ella quería que la nueva raza, el ser humano, descubriese por si mismos las explicaciones que tanto ansiaban.
El tiempo pasó y llegamos a la era de los antiguos dioses, de los señores de la guerra y de los reyes. Como una tierra convulsionada clamaba por un héroe, Rukia decidió intervenir. Dotó a un bebé humano, con más inteligencia y más fuerza que el resto. Creó a Xena, una temible princesa forjada en el calor de la batalla. Poderosa, pasional, peligrosa... Estaba destinada a hacer grandes cosas y llamó la atención de Rukia. El mundo estaba a punto de morir, porque Rukia lo había dejado a su suerte durante mucho tiempo. Pero Xena, había logrado un renacer. La Tierra renació durante el legado de Xena. La energía que poseía Xena era tal, que Rukia supo que esa mortal no era normal. Era su mayor creación, digna de ser una diosa. Y así lo hizo. La reconoció como se merecía y la convirtió en diosa. Xena creó un universo alternativo, llamado Locura de Xena. Su hogar. Allí creó su mundo, con sus planetas y tal... Pero era enorme el lazo que la unía a nuestro muendo. No quiso abandonarlo por completo así que decidió reencarnarse en diversas personas a lo largo de la historia para seguir en este mundo y seguir estando donde había vivido siempre al lado de Gabrielle. Donde había luchado hasta la muerte, donde había dado saltos de más de 15 metros... Estos nuevos personajes demuestran el domini y la valentía de Xena. No contienen su plena fuerza, pero en el fondo de sus corazones se encuentra su espíritu. El espíritu de Xena. Seguirá peleando y siendo poderosa...
En el principio, no había nada. Sólo estaba Rukia.
Rukia no se sentía sola. Ella no necesitaba a nadie porque era lo suficientemente autosuficiente como para tener noción de que era una diosa, y no necesitaba a ningún otro ente energético ni ser sobrenatural para llevar la eternidad con buen humor. Pero Rukia era (y lo sigue siendo) una diosa muy poderosa, y siempre estaba rebosando energía... Procuraba canalizarla toda en un punto y guardársela para si misma, pero no tardó en acumularse de tal manera que sólo había una solución antes de su destrucción. Soltar dicha energía por medio de un hadou... El nº1. El primer hadou de la historia del universo. De ese hadou surgió un universo infinito. Plagado de galaxias, cometas, planetas, estrellas... Pero nos centramos en la historia de nuestro planeta, el planeta elegido. Pues bien, Rukia le pilló cariño a 12 planetas, uno de ellos, el nuestro. Creó vida y la completó con su energía. En aquellos momentos todo era maravilloso... Pero creó primates. Quería que una nueva raza inteligente poblase este planeta (en cada uno creó una raza diferente, a ver cual era mejor) y los dotó del 2% de su inteligencia. Rukia vio como fueron evolucionando y como algunos se hacían más listos y otros más tontos. Ella no intervino en nada y para nada. No le importó en absoluto que creasen ídolos falsos, porque ella quería que la nueva raza, el ser humano, descubriese por si mismos las explicaciones que tanto ansiaban.
El tiempo pasó y llegamos a la era de los antiguos dioses, de los señores de la guerra y de los reyes. Como una tierra convulsionada clamaba por un héroe, Rukia decidió intervenir. Dotó a un bebé humano, con más inteligencia y más fuerza que el resto. Creó a Xena, una temible princesa forjada en el calor de la batalla. Poderosa, pasional, peligrosa... Estaba destinada a hacer grandes cosas y llamó la atención de Rukia. El mundo estaba a punto de morir, porque Rukia lo había dejado a su suerte durante mucho tiempo. Pero Xena, había logrado un renacer. La Tierra renació durante el legado de Xena. La energía que poseía Xena era tal, que Rukia supo que esa mortal no era normal. Era su mayor creación, digna de ser una diosa. Y así lo hizo. La reconoció como se merecía y la convirtió en diosa. Xena creó un universo alternativo, llamado Locura de Xena. Su hogar. Allí creó su mundo, con sus planetas y tal... Pero era enorme el lazo que la unía a nuestro muendo. No quiso abandonarlo por completo así que decidió reencarnarse en diversas personas a lo largo de la historia para seguir en este mundo y seguir estando donde había vivido siempre al lado de Gabrielle. Donde había luchado hasta la muerte, donde había dado saltos de más de 15 metros... Estos nuevos personajes demuestran el domini y la valentía de Xena. No contienen su plena fuerza, pero en el fondo de sus corazones se encuentra su espíritu. El espíritu de Xena. Seguirá peleando y siendo poderosa...